Entonces reconocí la mirada de la fotografía. Era aquel cerdo del
callejón. El policía asintió con la cabeza y le dio el retrato a otro
agente. "Dicta una orden de busca y captura", le dijo. A la semana
siguiente me llamaron para una rueda de reconocimiento. Me pusieron tras
un cristal y entraron cinco hombres. "¿Cuál de ellos lo hizo?", me
preguntaron. Dudé un instante, pero después de examinar los ojos de
todos lo tuve claro: "El de la camisa azul". A los otros cuatro los
soltaron, pero yo seguí al del jersey rojo hasta su casa. Saqué las
tijeras y le dije: "¿Te acuerdas de mí?"
* En "Zoom", editorial Paréntesis.
¡Que final!
ResponderEliminarPerfecto. Saludos.
Un gran microrrelatista, Manuel Espada. Un relato redondo. Saludos.
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