25 febrero 2009

Se nos acaba el mundo


Los indicadores son imposibles de ignorar. Los países ricos se hunden mientras que los pobres pasan de la crisis, los jueces hacen huelga, cuando no están prevaricando sin parar; los políticos cada vez son más chorizos y los bancos no tienen dinero. Las víctimas del terrorismo pasan al ataque y la lían a mazazos con sus agresores, la autodenominada izquierda abertzale, que ya no existe políticamente, aunque ellos crean que sí. Los aviones se nos caen de los cielos, ya van unos cuantos los últimos meses. Federico Jiménez Losantos pasa tanto rato criticando a Rajoy y compañía, que casi no le queda tiempo para sacudir a ZP. La NASA lanza un satélite para estudiar el cambio climático y se les estrella en plena Antártida yo diría que desalentado por lo que se había encontrado. Estados Unidos elige un presidente negro, e inteligente que ,vistos los últimos, resulta casi más sorprendente, mientras que nuestra Penélope Cruz conquista Hollywood y gana un Oscar. El Barça vuelve a perder mientras el Madrid no sólo gana sino que además golea. ¿Necesitáis más pruebas?

Ecología creativa


Hay cosas fascinantes en este mundo. Tengo un compañero de trabajo al que la empresa le ha ofrecido un curso de inglés por internet. Hasta aquí perfecto. Un día le llega el material didáctico, lo que el cree que es el material didáctico; una carpeta de anillas, un par de hojas con instrucciones para acceder al curso propiamente dicho y un curso de unas cincuenta páginas sobre ecología, reciclaje, etc. Mi compañero piensa que han debido de cometer un error y así se lo hace saber. Su sorpresa es mayúscula cuando le informan de que no hay error, que a todo aquel que realiza un curso, sea de lo que sea, se le dan estos apuntes teóricos sobre ecología y reciclaje para concienciarlo. ¡Fantástico! Espero que no tengan muchos alumnos porque, si los tienen, tal vez acaben con todos los árboles del mundo mientras intentan concienciar a sus alumnos. No sé si la orden de hacer esto es institucional o empresarial pero, sea cual sea el origen, propongo desde aquí cubrir los edificios en obras con bolsas de plástico en las que se recomiende, con letras muy grandes, no usar bolsas de plástico; o podríamos fabricar aparatos que funcionen con pilas en los que se incluyan mensajes que recomienden no usar pilas; incluso se me ocurre que podríamos incluir mensajes en las cajetillas de tabaco que adviertan de su peligrosidad para la salud, mientras permitimos que las tabaqueras incluyan en la composición del cigarrillo cientos de compuestos químicos que aumenten la adicción. Ah, perdón, esto ya se hace.

Tchiung, tchiung, Cárdenas


Os parecerá una tontería, a veces a uno se le revuelven las tripas por las cosas más pequeñas e insospechadas, y es lo que me ha pasado escuchando al amigo Cárdenas. Reconozco que ya estaba predispuesto contra él desde hace unas semanas, a raíz de la broma-trampa que Wyoming tendió a los de "Más se perdió en Cuba" de Intereconomía. En aquella ocasión, don Javier se mostró indignado por lo que según él, algunos llegan a hacer por alcanzar ciertas cotas de audiencia y adoptó una pose moralista cuando Beatriz Montañez, co-presentadora de "El Informal", se defendió de que la llamaran puta en el ya citado programa, en mi opinión con bastante ironía y más elegancia de la que la ocasión merecía, recriminándole que cómo podía ir de conciliadora, cuando ellos, en "El Informal", eran capaces de gastar bromas de tan pésimo gusto.
Claro, no pude evitar acordarme de Cárdenas con Carlos "tchiung tchiung" Jesús, nuestro amigo de Raticulín, sus personajes de enorme interés zoológico en "Crónicas Marcianas", o esa gran película, FBI (freakies buscan incordiar), y me preguntaba de dónde sacaba nuestro amigo Cárdenas esa autoridad moral que negaba a la presentadora de "El Informal".
Incluso hoy en día, en su "Atrévete" de CadenaDial, parte de su humor consiste en hacer llamadas telefónicas de broma, en ocasiones de muy dudoso gusto, o en colar a un tipo en un taxi que se dedica a enervar al taxista hasta que el pobre hombre no pueda más.
Claro que no quiero, como hace él, privarle del derecho a opinar que desde luego tiene. Hoy sin ir más lejos se ha mostrado indignado por la posibilidad de que España acoja presos de Guantánamo, argumentando que cómo es posible que siquiera se lo planteen estando amenazados por Al-Quaeda como estamos. Tan sólo me gustaría que se dedicara a hacer lo que de verdad se le da bien; telebasura y bromas pesadas y se dejara de tonterías, que no cuela.

20 febrero 2009

Libera a Susi



Susi es la elefanta del zoo de Barcelona. La única que queda. Está sola, deprimida y arrastra todos los problemas físicos típicos de un paquidermo en la gran ciudad, sobre todo debidos a la superficie por la que ha de moverse y a la ausencia de ejercicio que debería hacer en condiciones normales, pensad que una elefanta de treinta y seis años como Susi, en la flor de la vida, necesita caminar unos veinte kilómetros diarios. No es que se pretenda liberar a Susi, en el sentido de devolverla a África, eso lo dejaremos para alguna película hecha para la TV de la factoría Disney o similar. Tan sólo se pretende darle una salida honrosa a los pocos años que puedan quedarle de vida. Lamentablemente la ausencia completa de santuarios para elefantes en Europa, en Estados Unidos hay dos magníficos, hace que la solución a qué hacer con Susi no sea sencilla. Ya sé que, o así lo espero vamos, aunque la pobre Susi se volviera loca no seríamos tan salvajes como lo fueron en el estado de Tenesse en mil novecientos dieciséis, cuando a un pobre elefante, que en un ataque de locura aplastó a su domador, lo ahorcaron con una grúa. Se me antoja que, casi un siglo más tarde, no es suficiente con que no seamos tan animales como lo fueron aquellos. Ojala Susi tenga la jubilación que se merece.

Spotify


Spotify es un programa que te permite escuchar vía streaming prácticamente toda la música que desees. ¡Y de forma legal! Está en fase beta y sólo se puede acceder a él vía invitación, yo la conseguí en la página web de Rac1, aunque también la puedes solicitar en la página oficial www.spotify.com. ¿Qué es lo que puedes hacer? Desde una interface muy similar a la del célebre iTunes puedes buscar la música que quieras, de verdad encontrarás casi cualquier cosa que desees, crear tus listas de reproducción que el programa guarda, incluso intercambiarlas con otros usuarios. ¿El problema? No te puedes descargar los temas, salvo previo pago claro. Y la pequeña incomodidad es que de vez en cuando, muy de vez en cuando, entre canciones te inserta una publicidad que de momento es auto promocional pero que, dada su infrecuencia y brevedad, cuesta llamarlo molestia. Si quieres disfrutar de toda la música que te gusta en tu casa no te lo pienses dos veces. Y sin ocupar un solo mega de espacio en tu disco duro.

Carnivale


Qué pena que la cancelaran. La recomendaría sin dudarlo un segundo si no fuera por esta circunstancia pero Carnivale acabó su andadura al cumplirse la segunda temporada, estando programada para seis ni más ni menos. Lástima. El reparto, la producción, el contexto histórico, todo la convertían en una serie especial con el sello, cómo no, de la HBO. Pero la audiencia manda. Este no es un blog de spoilers así que no desentrañaré la trama de Carnivale pero os invito a ver el primer capítulo, el principio del primer capítulo, con ese primer plano de Michael J. Anderson, el enano de Twin Peaks, introduciéndonos en lo que estamos a punto de ver y quedarás fulminantemente enganchado. La depresión del ventinueve, una feria ambulante, heredera de la de Tod Browning en Freaks, la eterna lucha del bien y el mal y una producción de lujo hacen que, pese al final abierto que nos deja, Carnivale haya sido una de las mejores series que he visto nunca. Vosotros mismos.

19 febrero 2009

Bestiario (El metro)


EL GÜEBÓN
A todos nos ha pasado en alguna ocasión, los que no tengáis metro en vuestra ciudad podréis adaptarlo fácilmente a cualquier otro medio de transporte, que tras varias estaciones de metro de pie, por fin véis un sitio libre. Cuando esto ocurre no se puede dudar; una milésima de segundo puede resultar decisiva. Así que te encuentras sentado antes de ser consciente de haber ordenado moverse a tus piernas (sé que hasta que lo experimentas resulta increíble pero con un poco de práctica consigues hacerlo). Y no tardas ni medio segundo en arrepentirte. La actuación es tan veloz que no puedes atender todas las variables que se te plantean, así que fijarte en la persona junto a la que vas a sentarte es casi imposible. En esta ocasión me he sentado junto al güebón. No quiero ofender. No utilizo esta expresión para referirme a la bestia de hoy con ningún ánimo peyorativo. Pero es que no se me ocurre otro motivo que lo haga tener las piernas tan abiertas cuando está sentado. Las tiene formando un ángulo de entre cien y ciento veinte grados. Al principio tiendes a pensar en que lo hace por fastidiar. Pero no. No es eso. Por fuerza debe de ser por el descomunal tamaño de sus gónadas, de sus testítulos, de sus güebos en definitiva. El güebón es, casi siempre, un hombre de considerable tamaño, aunque no necesariamente, y casi siempre catalán, al menos en la zona metropolitana de Barcelona. Su postura te fuerza a sentarte como lo hacían las mujeres hace años en las motos, obligadas por aquellas faldas de tubo. Digamos que el güebón es nuestra falda de tubo del siglo XXI. Pero cuando comienzas a habituarte al escorzo que te fuerza el güebón entonces va y se cruza de brazos y todo lo que para él se convierte en comodidad a ti se te torna infierno. No entraré en la poco probable pero posible circunstancia de que el güebón lleve consigo un ejemplar de El País que se empeñe en desdoblar en toda su grandiosidad. Porque en ese caso me levanto del asiento y, para no demostrar incomodidad, que para algo uno fue a colegio de curas, me bajo esté donde esté y cojo el siguiente convoy que pase por la estación. Intentaré no volver a coincidir con un güebón al lado.

18 febrero 2009

A modo de presentación

El propio nombre lo dice. Aquí cabe de todo. Filias, fobias, opiniones sobre lo que queráis aunque mis temas favoritos son la literatura, el cine y las series de televisión. Pero cualquier cosa que se me pase por la cabeza tendrá cabida en principio. Y si lo que sale es un monstruo... ¡pues mejor! Bienvenidos.

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