27 marzo 2012

"Discordancias" de Elena Casero


Después de tres novelas, la escritora Elena Casero nos ofrece en “Discordancias”, de la mano de la editorial Talentura, diecinueve cuentos que giran en torno a la soledad. Pero a una soledad entendida de un modo muy particular.

Son relatos de corte realista cuyos protagonistas se ven en un dilema, personajes a los que una circunstancia discordante los coloca en una encrucijada. Los personajes que pueblan “Discordancias” no están solos pero, un día, se descubren solos. Este descubrimiento y lo que harán para afrontarlo son el motor de las historias que Elena Casero desgrana con una prosa sencilla, desprovista de todo artificio y adorno que no contribuya al fin último que la autora persigue: contar una historia. Tal vez esta última observación parezca una perogrullada, pero no lo es tanto. Conseguir esa invisibilidad del autor debería ser obligado y, por desgracia, no es demasiado frecuente.

Así, página a página, nos encontramos con parejas que se descubren incompatibles en un viaje de aniversario, suicidas fastidiosos que solo buscan hacer daño al otro, indigentes que no renuncian a recrear un pasado tan increíble como glorioso, dueñas de secretos, recuerdos fantasmales encerrados en objetos familiares, melenas añoradas… y un buen puñado de muertos, en una muerte que tiene más de huida que de solución, más de punto seguido que de punto final. Los cuentos de Elena Casero se balancean sobre la tragedia más descarnada sin dejarnos caer en ella gracias a las gotas de humor que va dejando a lo largo de todas sus narraciones. Un humor que lejos de pretender hacernos reír, cumple la misma función que el engaño cuando intentas meter en la boca de un niño pequeño una cucharada de puré de espinacas. Así, nos saca esa sonrisa que permite que aceptemos la tragedia y el drama con un punto de diversión, por terrible que sea lo narrado.

Como ocurre siempre con los libros de cuentos, hay ciertos altibajos en el resultado si los contemplamos de forma individualizada. Sin embargo, confieso que son muchos más los que me han gustado, mucho además, que los que me han parecido más flojos. En realidad, tan solo “El jinete” me parece un cuento fallido por evidente y lineal, pese a las dos líneas narrativas que recorren el cuento en paralelo y tampoco acabo de entrar en el juego que me plantea “Recuerdos a Benedetti”. Por otro lado, me parecen excelentes “Tu melena negra” (ejemplar paranoia como huida de la realidad que solo el protagonista no quiere ver), “Inconvenientes del matrimonio”, el mejor cuento del libro para mí (no veo más que aciertos en cada línea), el fabuloso (y un tanto surrealista) "El camino del Cielo", “Una llamada a deshora” con elemento fantástico sobrevolando sin acabar de aterrizar, “Bodas de plata” con su viaje de celebración y descubrimiento, o “Isolina” un cuento de navidad muy tierno. Ah, y me olvidaba del excelente “La niña Flora” con reminiscencias de David Lynch y donde el humor brilla por su ausencia dando paso a una desazón de pesadilla. Por citar unos pocos.

En resumen, “Discordancias” me ha parecido un libro de relatos muy apreciable de una autora que se ha resistido a publicar cuento, por el respeto que el género le daba, y que espero que los amantes del relato hayamos ganado para la causa.

13 marzo 2012

Secuencias y consecuencias


Sería bueno que tuviéramos muy claro que no todos los hechos que se suceden en el tiempo tienen también una relación de causalidad.

Es posible que la Reforma Laboral contribuya en un futuro al crecimiento y la creación de empleo. Reconozco que mi formación económica es nula así que no seré tan imprudente como para cuestionar a personas mucho más preparadas que yo. Pero sí que puedo interpretar el discurso que justifica esta Reforma Laboral y creo que está claro que a corto plazo (el mismo gobierno lo admite) y si me apuras a medio plazo, tan solo hará crecer el paro (hay que agradecer al PP que al menos sea sincero en este tema). Y esto me hace dudar de la posibilidad con la que comencé el párrafo.

La sensación que yo tengo es que la relación de causalidad que se establece es perversa y mentirosa, y lo es de una forma plenamente consciente. Porque se dice que tras unos meses (o años) sin resultados visibles, el mercado comenzará a crecer y se crearán de nuevo puestos de trabajo. Pero lo uno no sucederá por lo otro, sólo se sucederán en el tiempo. Porque lo que de verdad hará la Reforma Laboral es consolidar un modelo podrido y agotado y minimizar, o al menos reducir considerablemente, las consecuencias del siguiente expolio (que llegará, no lo dudéis), de modo que la próxima vez que los mercados financieros saqueen la economía mundial las consecuencias sobre el trabajador sean tan pequeñas como sea posible para que nadie alce la voz y todo se acepte de una forma natural. Si lo intentáramos reducir a un ejemplo, sería como si el claustro de profesores de un colegio se reuniera para decidir sobre un caso de acoso escolar: el hijo del director del colegio se dedica a maltratar, física y verbalmente, a otro niño. Tras reflexionar cuidadosamente se toma la siguiente decisión: vestir al niño maltratado con prendas hinchables, que lo protejan mejor de los golpes, y colocarle unos tapones de cera en los oídos para que no pueda oír las humillaciones verbales. Si bien esto puede resultar incómodo al principio, seguro que con el tiempo el niño se acostumbra a vivir así, y el hijo del director del colegio podrá seguir con el acoso sin que éste tenga las penosas consecuencias que tenía antes. Podría decirse que el objetivo último es que el agresor acabe agotado de tanto sacudir al agredido y renuncie a seguir maltratándolo. También podría ocurrir lo contrario, que el agredido se acostumbrara a aceptar las agresiones al tener éstas consecuencias más leves. Pero independientemente de cómo acabe la cosa (que en realidad no importa mucho) lo que busca la decisión tomada es la perpetuación de una situación injusta.

Y todos tan contentos.

01 marzo 2012

Microrrelato indignado

Este microrrelato responde a una propuesta que me llegó desde el blog de Rosana Alonso. Si aún no la conoces puedes leerla aquí.

Fábula muda

—No te muevas, no des ni un paso más —le dice al gran oso pardo mientras lo apunta con la escopeta.
El oso va a contestar, pero en vez de hacerlo se sienta delante del hombre, sin dejar de mirarlo.
El hombre hinca una rodilla  a dos metros escasos de la bestia. Apoyado en la escopeta, se quita la gorra. Llora.
—Ni una oveja has dejado viva, malnacido, ni una. ¿No te bastaba con llevarte lo que necesitabas?
El oso intenta hablar, no en vano esto es una fábula, pero no le sale más que un gruñido. Al hombre le entra miedo y retrocede unos pasos. Cree saber lo que piensa el oso, lo que a este le dice su instinto. Y deshace el camino hacia casa con la escopeta apuntando al suelo y arrastrando los pies.

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