13 julio 2009

Galilea

Pese a que en general han sido unos días bastante satisfactorios, he de decir que ser Jesús en Galilea es mucho más duro de lo que nunca pensé. He pasado todas las vacaciones multiplicando panes, amén de peces, y realizando todo tipo de milagros que, de verdad, no debería alternar con mis días de descanso. Enfín, he devuelto la luz a los ciegos, el sonido a los sordos y la palabra a los mudos, apañé a un par de cojos para que anduvieran con soltura e incluso el viernes estuve a punto de realizar una rápida resurrección, que por no fastidiarles el entierro a los del pueblo que tan bien les estaba quedando y porque creí que tal vez sea cierto que la naturaleza es sabia y que si había decidido que al viejo Damián le había llegado su hora a los ochenta y ocho años por algo sería.
El sábado, sin embargo, la casualidad quiso que escuchara una conversación entre la alcaldesa y la oposición, el otro concejal, expresando su coincidencia en la voluntad de redondear el programa de fiestas del mes de agosto con una espectacular crucifixión, que si bien no pude enterarme de en quién habían pensado para tan apreciado papel, dadas mis últimas intervenciones en el pueblo y el sospechoso silencio con que fue recibida mi llegada al bar del Santi decidí que, por si habían considerado hacerle a uno el honor, estaría bastante más seguro en Donosti. Además si hay que hacer un esfuerzo y milagrear un poco, pues vale, aunque sea durante mis vacaciones, pero las pasiones y los martirios nunca se me han dado bien que por algo uno es de naturaleza quejica y tirando a miedoso. Así que, no sin antes dejar una prolija e instructiva epístola para que el párroco lea durante la próxima misa explicando al pueblo de Galilea que a mí se me dan bien los milagros y demás intervenciones divinas mientras que mi cuñado Jesús, más dotado para el drama, se encargaría de sufrir una pasión más que digna a nada que se lo pidieran con educación, decidí coger el autobús de las diez de la mañana del lunes. Por si acaso.

02 julio 2009

Vacaciones

Me voy de vacaciones así que os tendré un poco abandonados. ¿Que cuál es la diferencia con lo que hago ahora? Bueno la diferencia está en que será por una buena razón: estaré descansando en un pueblecito del tamaño de una par o tres de manzanas de las de Barcelona. Cuidaos y sed buenos.
P.D. El día 10 de este mes es la final de Relatos en Cadena de la SER. Como sabéis soy uno de los diez finalistas y el premio de 6.000 euros es como poco apetitoso. Así que deseadme suerte.

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