Imagina
que te apuntas a un taller de microrrelato. Imagina que el invitado a
dar la charla inaugural es Sheldon Cooper. Imagina que dijera algo así:
Al ver aquí vuestras ilusionadas caritas me acuerdo de cuando yo
solamente era un aprendiz de escritor y estaba, como vosotros,
decidiendo mi futuro literario; claro que tenía catorce años y había
escrito más páginas y de mejor calidad de lo que vosotros
conseguiréis en toda vuestra carrera a pesar de que tenía que acostarme
a las nueve. Tal vez un par de talleristas en esta sala tengan lo que
hay que tener para escribir un libro de, al menos, mediana calidad,
aunque es más probable que paséis vuestra vida enseñando a críos lo que
es un sintagma nominal y que Cervantes perdió una mano en la batalla de
Lepanto.
En resumen, si alguien os ha dicho que escribiendo esos
microrrelatos algún día podríais hacer alguna contribución de
importancia a la Literatura se ha reído de vosotros con la mayor
crueldad.
¿Alguna pregunta? No, claro que no. Qué pena me da, mirándoos, el futuro del mundo de las letras.
*Adaptación de una charla ficticio-real del propio Sheldon, sobre Física Teórica en aquel caso.
Sheldon Cooper intentando comentar en todos los blogs que tiene enlazados al suyo mientras escucha la banda sonora de Star Treck por Spotify. |
Sólo hay dos opciones: continuar escribiendo impasibles e inalterables o demostrar nuestro genio de escritores excéntricos golpeándole la barbilla con un tomo de lo que sea, pero pesado...
ResponderEliminarSí, Montse, creo que Sheldon inspira con mucha frecuencia unos deseos irreprimibles de pegarle.
ResponderEliminarDemasiado pragmático; se le nota la raíz física.
ResponderEliminarAbrazo esnaólico,
PABLO GONZ
La mejor opción; ni caso...
ResponderEliminarBueno, tampoco os lo toméis muy a pecho, que tiene más de broma que de crítica.
ResponderEliminarJaja, no puedo evitar ser fan de Sheldon de todas formas, hasta practico para argumentar como él jaja. Por otro lado, de nadie más que de Sheldon toleraría dicho menosprecio. Saludos.
ResponderEliminarA mí me parece muy divertido, incluido esos deseos irreprimibles de pegarle. Lástima que no fuera un dibujo animado. Bueno, quizá lo es.
ResponderEliminarAbrazos.
El talento es un material muy subjetivo y sensible. Por mucho que lo defendamos, se deja herir casi con un soplo de aire. La existencia de personas que lo atacan sólo para sentirse mejor me parece una manifestación más de la complejidad y la crueldad humana. O sea: es lo que hay. (O como diría mi abuela: éste está en el mundo para que haya de todo.)
ResponderEliminarMe gusta mucho cómo has tratado el tema, trasladándolo. Siempre das que pensar.
Abrazos.
Has hecho una versión de la charla estupenda, y
ResponderEliminartiene su curro que yo conozco la original. Ahí queda...
Ya de paso aprovecho para recomendar la serie donde aparece el sin par (provoca crispación, ternura y risa por igual) Sheldon Cooper: The Big Bang Theory. Una serie de apenas 20 minutos de duración, con humor inteligente. Un gusto.
Me he reído mucho Jesus.
Menudo elemento...
ResponderEliminarYo empiezo a cansarme de tanto listillo suelto como hay... A mí al menos me agota ese afán que muestran por matar moscas a cañonazos... Un beso para ti
ResponderEliminarAyer vi los tres primeros capítulos, realmente este tipo es insufrible porque tiene siempre tanta razón... gracias por la recomendación!
ResponderEliminarAbrazos
Sin duda, un discurso así sería muy propio de Sheldon...¡pero que no decaiga el ánimo!
ResponderEliminar:)