No duermo hasta que mamá se sienta en el borde de la cama y
me canta Aurtxo Seaskan con una dulzura que me transporta a Leizarán donde las
hojas de los árboles, por la noche, se susurran secretos al oído, murmuran las
aguas frías del río mientras buscan en el valle su antiguo cauce y el rumor va
creciendo hasta tornarse rugido, como el trueno que con sus rodadas precede a
la tormenta y ahoga la nana que mamá me
canta y que ahora oigo a lo lejos, acolchada, devuelta por un eco blando.
Y el golpeo del río abre la puerta e inunda el dormitorio y
yo querría que mamá, de irse, se diluyera, ahogara su canto entre burbujas,
pero no es así porque la fuerza de la corriente le arranca los brazos, y las
piernas y le arranca la cabeza que sigue cantando y que vuelve el agua de un
color rojo que en mi sueño me lleva a imaginar que tal vez si quisiera, tal vez
si pudiera, me levantaría y con un gesto, con un maldito gesto, podría separar
las aguas del río de sangre que cada
noche se lleva a mamá y guardarla por siempre a mi lado mientras canta Aurtxo
Seaskan sentada en el borde de la cama.
Hoy os dejo el segundo microrrelato que publicó Fernando Valls en "La nave de los locos" el pasado 6 de noviembre. Por si os lo perdísteis.
ResponderEliminarLa verdad, un placer pasar por aquí a leer y aprender.
ResponderEliminarSiempre que pongo un comentario en tu blog, me siento como ese niño sin nanas que esperando el beneplácito del maestro desde el pupitre de primera fila, lo pelotea siempre que tiene ocasión.
ODIO A LOS PELOTAS, te lo aseguro, y espero la ocasión de encontrar una grieta a la que aferrarme para despacharme a gusto... pero hoy no es ese día. Tampoco hoy.
Estoy leyendo la recopilación de la nave de los locos de Valls. En papel y encuadernado, que es cómo más me gusta leer. A ver si se me pega algo.
Podrías informarnos de como va la publicación del libro... ¿Para cuando?
Saludos.
Me gusta, ya lo sabes, la técnica que utilizas en esta pieza. Esas dos frases casi infinitas que van formando círculos cada vez más pequeños y que a medida que avanza el texto te atrapan más y más. Creo que es algo muy característico en tus microrrelatos: contar la historia a través de su propia textura. Espléndido.
ResponderEliminarAbrazos.
Muy bueno, ya lo había leído, y me sigue pareciendo buenísimo. Es un placer pasarse por aquí, y leer tus relatos. Tengo mogollón de ganas de verte, ya queda muy poco. Muxuk
ResponderEliminarMe gusta la fuerza de las frases, la cadencia que forman, ese oleaje creciente que acaba llevándose como una marea los buenos recuerdos y los convierte en pesadilla. Y te llevas al lector con la palabra, por delante, con una maestría que simplemente te envidio.
ResponderEliminarAbrazos.
Me parece excelente la acción imperante de este micro, que nos empuja, con un efecto de tornado, generando una tensión máxima en el lector.
ResponderEliminarMe gusta su narratividad ajustada y la economía en la expresión de la que has hecho gala, Jesús.
Un abrazo admirado
Ya lo había leído, pero aquí me sigue pareciendo un micro espectacular, un recorrido que nos lleva hasta el punto de partida en un texto redondo, técnicamente perfecto y de una narrativa exquisita. Creo que el que haya estado en la nave ya es un salvaconducto de por vida para esta historia tan bien contada.
ResponderEliminarExpectacular microrrelato, leer como nos lleva el escritor por ese recorrido plácido.
ResponderEliminarMe ha entretenido mucho.
No me lo perdí... Y además tuve la oportunidad de escuchar la nana, bendito youtube.
ResponderEliminarLa sensación de impotencia de los sueños, es todo lo cruel que se puede apreciar en lo que describes, si.
ResponderEliminarUn saludo.