07 septiembre 2011

Apariencias

El perro pastor del cabrón de don Eulogio hace guardia junto a la tumba de su dueño desde hace semanas. En el pueblo admiran la actitud del animal y le llevan comida y agua para que no se muera.
Con las primeras nieves, el perro pastor del cabrón de don Eulogio no dura ni dos noches, muere congelado.  El guarda del cementerio lo recoge y lo arroja a la fosa que tiene en la parte de atrás, donde suele quemar rastrojos y basura.
Gracias, Cerbero, yo sé lo que hacías junto a esa tumba dice.
Y tras rociarlo con gasolina lanza sobre él una cerilla encendida.

21 comentarios:

  1. Era un perro pastor. Eso es deformación profesional. Y a las ovejas descarriadas hay que vigilarlas de muy cerca porque como son negras se confunden fácilmente. ¿Quién iba a conocer a su dueño mejor que él? La primera reacción es la carcajada, luego invita a pensar.

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  2. Tengo la impresión Jesus, a medida que avanza la serie, que este pueblo es muy "rulfiano". Hay un aspecto común en todas las entradas, hoy muy visible, que incide en el tratamiento del tema de la muerte. Siempre desde la dicotomía presencia-ausencia, desde la difusa línea del ser o no que el título tan bien resume. El detalle que todavía no hayas nombrado al pueblo así me lo confirma. Espléndido.

    Abrazos.

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  3. Cumplió bien su función de vigilar que no se moviera el cabrón.
    Un abrazo.

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  4. Me gusta mucho este tono directo, rápido e irónico. Yo diría, pomposamente, que es muy "eficaz".
    Lo que no me queda claro es el porqué de la adjetivación de la fosa. "Multiusos" parece indicar que el perro comparte destino con algo más, pero no sé ver si es algo significativo (como, por ejemplo, el propio don Eulogio). Claro que yo, en materia de sutilidades, soy más ceporra que don Eulogio. Ya me aclararás, si quieres... Abrazos.

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  5. Todos los cabrones deberían tener perro pastor.
    Estupendo
    Un abrazo

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  6. Tienes toda la razón, Susana, es un adjetivo errado. La idea original pasaba por incinerar al perro, pero pensé que era poco creíble que el cementerio de un pueblo tuviera crematorio, por pueblo y por sus gentes, poco dadas a este final. Así que pensé en una fosa que tuviera el sepulturero donde quemar rastrojos, o basura, o pequeños cadáveres como este. Además quemarlo era una buena metáfora de hacerlo regresar al infierno. Pero es evidente que al cubrirlo con tierra, la fosa será todo menos multiusos, amén de lo poco apropiado que me parece el adjetivo ahora que lo repito.
    Gracias por la observación, buscaré otro modo de contar el final.

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  7. Confieso que me ha costado un poquito desgranar este micro (culpa mía), pero una vez asentado en mi mente, la verdad es que tiene unos tentáculos fuertes, que se aferran a una gran reflexión. Esa fidelidad del perro no es simplemente para los hombres, sino para desempeñar su papel...hasta la muerte.

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  8. Jesus, seguramente he sobrevalorado la presencia de la palabra 'multiusos' y no llama tanto la atención (al fin y al cabo nadie más ha dicho nada al respecto). Por otro lado, es muy potente lo que dices de quemar al perro... Pero en todo caso, si decides cambiar algo ¡que no sea por mi lectura quisquillosa! Es un relato fenomenal tal como está.
    Abrazos.

    Susana Camps

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  9. Las lecturas quisquillosas son las más interesantes incluso cuando no estoy de acuerdo con ellas porque me ayudan a estar más seguro de mi idea. Cuando estoy de acuerdo, como es el caso, son las que dan sentido completo a este blog.

    Gracias de nuevo, Susana, es un gusto contar contigo.

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  10. Es que no das tiempo, Susana. A mí, más que el uso de la palabra, me ha sorprendido la palabra en sí. No le he dado tanta importancia a si había más cosas en la fosa, sino más bien a que me extraña que Jesus use esa palabra en un micro. No por inválida, sino porque sabiendo que no es muy amigo de la adjetivación, no me cuadra que use una palabra que ya de por sí es un tanto recauchutada.
    También reconozco que me ha hecho volver atrás ese "su cuerpo", porque por un momento no he sabido si era "su" del perro o "su" del guarda.
    Saludos
    Gabriel

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  11. Jajaja, buen palo, Gabriel, merecido por chapucero. Creo que sé cómo acabarlo tras vuestros comentarios pero no consigo acceder a la edición desde el móvil así que habrá que esperar.

    Gracias por el comentario

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  12. Los móviles son para lo que son, Jesus; para sacar fotos en los bares.

    Abrazo amplio

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  13. Joder, no lo entiendo. Me doy cuenta de que me pierdo algo por ahí. Por cierto, que nadie me lo explique. Seguiré leyéndote hasta sacarte las entrañas (desentrañarte).
    Abrazos desde aquí,
    PABLO GONZ

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  14. Que buen relato, Jesús. Enhorabuena, eres un monstruo!!!!

    Un abrazo desde Valencia!

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  15. A mí me gusta mucho ese can Cerbero que acompaña a su amo hasta el mismísimo infierno

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  16. Eh, Suso, qué alegría verte por aquí! Ayer, con el inicio de la nueva edición del concurso me acordaba de todos vosotros. Supongo que eso mismo te ha traído hoy a mi blog.

    Gracias!

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  17. Veo que ya te han comentado todo lo comentable. Bueno, una cosilla más, es una pejiguría estética más que nada. Me gusta más si acabas el texto con la palabra "cerilla" a secas, lo de encendida se sobreentiende y le quita sonoridad a la prosa. Me ha gustado el micro. Suerte en ReC este año, tienes el récord de finales.

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  18. Jo Jesus, como siempre voy tan tarde pues como dice Manu ya te lo han dicho todo... A mí me ha gustado el uso del nombre compuesto del cabrón de don Eulogio, gráfico y certero.
    Excelente como siempre, un abrazo

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  19. Confieso que no lo entiendo (con verguenza) supongo que tiene algún juego de palabras y soy víctima de la diferencias del español, pero me divertí mucho tratando de comprenderlo. Saludos Carolina Rangel

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  20. Hola Carolina. No te dejaré con la curiosidad. La clave está en el perro, al que el guarda del cementerio llama Cerbero. El can Cerbero era el cuidador de las puertas del Infierno. Su deber es impedir que entre quien no debe, pero también que nadie escape. A veces nos cuentan historias de perros que se quedan junto a las tumbas de sus dueños, triste y fieles. Este perro se queda junto a la tumba de su dueño para asegurarse de que no vuelva del Infierno.

    Espero haber satisfecho tu curiosidad. Y muchas gracias por el esfuerzo, es un halago muy grande.

    Abrazos

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  21. Gracias! Sí, satisfecha mi curiosidad. Un abrazo. Carolina Rangel

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