14 abril 2011

Reclamación

Vigila la cafetería desde hace unos minutos. Lleva días estudiando las rutinas de su objetivo y, cuando éste salga, va a abordarlo. Da un sorbo a su café. La puerta de la cafetería gime al abrirse. El objetivo sale despacio, con un maletín negro en su mano izquierda. El acechador sale tras él.
El acechador no corre, pero el paso es ligero, decidido, doble en frecuencia que el del hombre del maletín. No es tiempo de pensar, sólo de actuar. El acechador lleva la mano derecha dentro del bolsillo del gabán. Cinco metros detrás del objetivo, tres metros, un metro, la mano derecha que sale del bolsillo con una pistola, la coloca a centímetros de la nuca de él, dispara, sigue caminando hasta la esquina sin detenerse mientras el del maletín se derrumba como una torre demolida. El acechador dobla la esquina, se acerca a un coche, sube, desaparecen.
El hombre del maletín se incorpora airado, ensangrentado, ante la sorpresa de los ciudadanos que se han detenido a ayudarle.
—¿Y la sorpresa? —me espeta— ¿dónde está la sorpresa?
—Lo siento — le contesto—. Hoy toca realidad.

17 comentarios:

  1. ¡Muy bueno! Me ha gustado mucho el cruce de autorreferencia y realidad. Limpio y concentrado...
    Saludos

    Susana Camps

    ResponderEliminar
  2. Muy bueno ese personaje reclamando esa sorpresa final para el lector, cuando es un relato puro y duro, chocando de frente con la realidad. Hasta él se ha quedado sorprendido en el fondo ;)

    ResponderEliminar
  3. Jesus, menuda manera de jugar con el lector y con el personaje. Y también con el género. Al final hubo sorpresa y en mayúsculas.

    Abrazos.

    ResponderEliminar
  4. Declara que no hay sorpresa cuando sí la hay, y es mayúscula. Personaje, autor y lector enredados en un mismo juego, como debe ser.

    Un abrazo

    ResponderEliminar
  5. Ya te dije que me das mucho miedo cuando usas el presente. Esta vez, además, juegas dando la vuelta a la intención de dar la vuelta. Estos experimentos tuyos sí son muy interesantes.
    Abrazo
    Gabriel

    ResponderEliminar
  6. La narración es estupenda y el final tiene un giro exquisito.

    Quisiera acotar un par de errores gramaticales: enrollar es con una sola ere y el solo ya dejó de tildarse en todos los contextos (a mí también me ha costado).

    ResponderEliminar
  7. Ja! Menuda sorpresa para el lector! Me he quedado tiesa esperando para releer.
    Me gustó mucho. Buen giro metaficcional.
    Saludos!

    ResponderEliminar
  8. Hola Esteban, gracias por tus palabras y tus acotaciones. Tienes toda la razón en lo de enrollar, verás que ya lo he corregido. El tema de "solo", en el que también tienes razón, no es tanto de olvido como de cabezonería. Por otro lado la RAE recomienda no tildar nunca y evitar los equívocos posibles, muy raros según ellos, de otro modo. Es cierto que en el caso de mi cuento podría no haber tildado porque no presenta lugar a equívocos, pero estoy tan en desacuerdo con la norma que aún voy un poco de rebelde.

    Muchas gracias, en todo caso.

    ResponderEliminar
  9. Gran texto ironizando sobre lo que a veces supone una puñetera formula que hay que cumplir por... Narices o si Ono, muchos no loconsideran un micro, cuando al final, el tema de las etiquetas es un lastre. Me lo quedo como ejemplo de lo que debe, no debe, ser un micro. Lo pondría obligatorio en los talleres sobre microrrelatos.

    ResponderEliminar
  10. A la vida no hay quién le reclame, ¡qué cierto, Jesus...!
    Abrazos

    (Me están gustando mucho estos últimos micros más "realistas"...)

    ResponderEliminar
  11. Sorpresa y con mayúsculas. Y maestría en el desarrollo del relato.

    Besos sin sobresaltos.

    ResponderEliminar
  12. La reacción del hombre del maletín, ese chasco de acabar sin sorpresa, la realidad insobornable...uf...me dejas planchada.

    ResponderEliminar
  13. SORPRESA, madre mía Jesus, eres un fenómeno. Das mucho, muchísimo que pensar.
    Abrazos de finde.

    ResponderEliminar
  14. Muchas gracias a todos por la visita y los comentarios.

    Abrazos.

    ResponderEliminar
  15. Muy bueno Jesus y sabes que lo digo muy en serio porque soy un poco antisorpresa como animal de compañía eterno de los micros.

    Muxuk

    ResponderEliminar
  16. Que bueno, vaya sorpresa... Me parece un micro estupendo. Muxuk

    ResponderEliminar
  17. Una buena forma de jugar con el lector, me gusta.
    Abrazos, Jesus.

    ResponderEliminar

Este blog forma parte de la ABLACC (Asociación de Blogs Literarios que Aceptan Crítica Constructiva). Así que despáchate a gusto, pero explícame tus razones.

Comparte