La misma noche de 1640 en que al cojo de Calanda le creció la pierna derecha que dos años antes le habían cortado, la zona habilitada en el cementerio del Real Hospital de Nuestra Señora de Gracia de Zaragoza para enterrar miembros amputados comenzó a removerse como si las lombrices y gusanos que poblaban la fosa se hubieran asustado. El practicante, Juan Lorenzo García, se acercó para ver lo que ocurría y, aterrado, observó cómo de la tierra húmeda surgía una mano y, tras ella, el resto de un cuerpo que recordaba vagamente, es difícil asegurarlo por la suciedad que lo cubría y la oscuridad de la noche, al del joven de Calanda cuya pierna enterró más de dos años atrás. No perdió el ánimo y, sin dudar, le atizó un palazo en plena cabeza que lo aturdió, primero, y un segundo palazo que produjo un sonido hueco, de nuez abierta, que devolvió al joven a la tumba, para siempre esta vez.
Tres frases con un ritmo vertiginoso y endiablado que acentúan el carácter de una historia desternillante. El tono casi aséptico me encanta, le da un aire muy divertido. Y la imagen final con los dos palazos es muy nítida, tronchante Jesus.
ResponderEliminarAbrazos.
A mí me ha dado más repelús que risa, pero sigo releyendo por si descubro de milagro (ayy) cómo lo haces, Jesus. Muy bueno como siempre
ResponderEliminarA mis mi me ha recordado al mejor humor negro con esa falta de respeto por la vida.
ResponderEliminarUna cosilla sin importancia : creo que sobra la coma tras «amputados».
Un saludo de mi pierna buena.
"Que devolvió al -otro- joven a la tumba", pues es evidente que el original andaba tan pimpante con su pierna nueva...
ResponderEliminar¡Pobre hombre-lagartija!
Abrazos
Vaya tela con el practicante... Con el trabajo que tiene que costar regenerarse completamente. Ainssssss
ResponderEliminarQué pena que no se conociera más esta versión, gracias a ti, podemos remediarlo.
ResponderEliminarUn saludo indio
Tienes razón, Fernando. La frase inicial me quedó muy larga y dudé mucho si cambiarla. Al final coloqué esa coma, innecesaria y seguramente incorrecta, como dices, para establecer una pausa que quizá sólo tenga sentido para indicar, a quien lo lea en voz alta, dónde tomar aire y que no se me ahogue.
ResponderEliminarLo corrijo, gracias.
Humor negro del bueno, el título genial, esa regeneración a partir de la pierna es muy gore!! y lo de apócrifo me ha hecho pensar en eso de "Lázaro, levántate y anda" aunque en esta ocasión era más bien lo contrario. Un abrazo.
ResponderEliminarMuy bueno el tema y la forma de desarrollarlo. Siempre me pregunto por los miembros amputados, que hacen con ellos, si los queman o los entierran y si echan de menos al resto del cuerpo.
ResponderEliminarMe gusta todo el micro, desde cualquier ángulo. Me gusta el tono del que habla Agus, me gusta el asunto que nos hace pensar en lagartijas, como dice Gemma. Me encantan que sean dos palazos, y la nuez. Y me gusta que la historia tenga historia, y que haya algo detrás de la cortina que me haga pensar, sin haber oído nunca nada del cojo, que no es un personaje recién inventado. Y tate.
ResponderEliminarAbrazos admirados.
Gabriel
¡Viva el humor negro! Hoy nos ha dado a todos por lo de Calanda... Debe ser la Semana Santa. Un abrazo, Jesús. Una delicia leer tus historias.
ResponderEliminarGracias a todos, es un placer veros por aquí.
ResponderEliminarAbrazos
Joder, Jesus! Qué bueno, que gozada de micro!
ResponderEliminarAbrazos.
Me gusta mucho este micro, Jesus. Un humor negro, descarnado, con ese tono de crónica que contrapuntea muy bien el tema fantástico. No puedo ni quiero seguir analizándolo.
ResponderEliminarAbrazos,
PABLO GONZ
¡Qué tétrico! A mí, hasta la parte de los palazos, me ha dado un poco de mal rollo :P
ResponderEliminarHumor negro del bueno.Y los dos palazos muy visuales.
ResponderEliminarSaludos.