A mi mujer no le gusta que le fastidie sus estrategias y yo la amo tanto que me desvivo por darle gusto. Así que salgo a dar un paseo, como me pide, y cuando regreso me encuentro la cena preparada. Le sigo el juego, me siento a la mesa, y ella trae servidas dos cremas de marisco. No está muy buena, pero sonrío. El solomillo a la pimienta sabe raro, pero al menos está poco hecho, como a mí me gusta. Ni menciono la somnolencia que comienzo a sentir cuando alzo la copa para brindar. Lo último que deseo es estropearle la sorpresa.
Sutilísimo micro, Jesús. El terror a la esposa puede más que el malestar a sí mismo. Muy bueno.
ResponderEliminarQueda claro que se desvivió por darle gusto. Muy bueno, Jesus!
ResponderEliminarAbrazos.
Él no quiso estropearle la sorpresa y ella quiso hacerlo, aunque por lo que veo tampoco lo hizo excesivamente bien.
ResponderEliminarY es que no hay nada peor que un hombre aburrido, obediente y que no tenga sangre en las venas.
Un abrazo ¿envenenado?, ¿sientes sueño?
Y todo por complacerla. Me gustó.
ResponderEliminarUn saludo indio
Del llamado amor mórbido. En cuanto a lo técnico, observo en este micro un ritmo muy bien llevado. Lo leo en voz alta y me suena muy bonito. Quizás esto no es importante para todos pero quería dejar constancia.
ResponderEliminarAbrazos fuertes,
PABLO GONZ
Descanse en paz. Siempre fue un marido servicial. Saludillos
ResponderEliminarA mí también me ha llamado mucho la atención el ritmo, la cadencia que señala Pablo. Y además de la historia, su aire. Algo que demuestra una técnica exquisita.
ResponderEliminarAbrazos.
Me encantó. Muy parecido al que acabo de escribir.
ResponderEliminarSaludos,Lilian.
... "la sorpresa" que se va a llevar él. Terrorífico e implacable por igual.
ResponderEliminarAbrazos
Vaya, vaya, con la sorpresa, que por cierto está muy bien escondida en el micro, de una manera muy sutil. Un abrazo, Jesus.
ResponderEliminarA qué horas llego yo... Si ya te lo han dicho todo. Bueno, nada, pues... que tengas suerte en lo de la Revista de Letras, Jesus.
ResponderEliminarUn abrazo.
Nada me hubiera gustado más que tenerte como rival. Y además con un micro como este que hubiera ido directo a la final, ya que tu mes es marzo y el micro es estupendo.
ResponderEliminarNo dejes de participar porque quedan aún 12 semanas de frases raras y creatividad.
Un abrazo castizo y un muxuk muy grande.
La cabezona, yo sigo y sigo dale que te pego todas las semanas. Por constancia que no quede.
Creo que esta por debajo de lo que nos tienes acostumbrados a leer por aquí, pero bueno es normal teniendo en cuento lo complicado que es empezar un microrrelato a partir de una frase predeterminada.
ResponderEliminarAún así, no dudo que en breve te seleccionarán para este concurso.
Estos maridos que por no tenerla acatan todo, acaban como acaban por su culpa. Buen intento.
ResponderEliminarBesos sin estrategias.
Lo de la "sorpresa" es demoledor, pero más lo es la actitud pasiva de él, que "se deja hacer". A mí me ha gustado.
ResponderEliminarQue te voy ha decir, ya lo han dicho en otros comentarios, me encanta y me quedo con el comentario de Pablo, en voz alta suena precioso. Muxuk
ResponderEliminary un día ocurrirá, cuando acabes con su paciencia de santa.
ResponderEliminarAbrazos felinos
Y así le quería ella, desvivido. Y él la complació, por última vez.
ResponderEliminarMe gustó Jesús.
Saludos!
Vaya con la mujer! Hay que ir con cuidado.
ResponderEliminarUn micro que sin decirlo deja que la imaginación del lector recomponga lo que falta.
Me ha gustado.
Saludos y a seguir intentandolo.
Hola Jesus:
ResponderEliminarSin duda la frase del comienzo y las famosas cien palabras condicionan el relato -¡¡vaya novedad!!-. El problema aparece cuando, además, se resiente la tensión narrativa -si, lo has adivinado, el relato está bien, pero te los he leído mejores-.
El narrador en primera siempre tiene delante dos riesgos o bien lo previsible...o bien la opción por el ingenio ingeniosísimo de lo "imprevisible de la muerte" que muchas veces en lugar de sorprender deviene en tomadura de pelo al lector. No es tu caso, nunca lo ha sido -tus relatos, afortunadmente, no caen en ese truquillo de trilero ramblero-. Lo que advierto en esta ocasión es que el narrador ese vuelve tan previsible como lo que se narra.
Ahora bien, como el texto apunta a un plano más denso, donde lo existencial se convierte en central, no cabe duda que el relato reclama otra extensión, otro desarrollo y otra pauta narrativa que, en principio, se observa difícil en un micro de 100 palabras.
Sí, ya lo sé se trata de un concurso y esas son las bases y la suerte y el humor de ese día de los Francino's boys and girls, etc. etc...
¡¡Y no me llores por lo de la Revista de Letras, joder!! Que tienes un blosss de la rehostia y eres un narrador todoterreno com pocos
nos seguimos leyendo,
salut,
hugo
Cuántos hombres no serán así!!!
ResponderEliminarMuy bueno, Jesus.