Despierto con el gemido de la puerta al abrirse y veo la silueta de Félix en el umbral. Estoy a punto de llamar al celador cuando Félix enciende una de las cerillas de la gran caja que no sé cómo consigue robar en la cocina y se la acerca a los dedos hasta que el olor a chamuscado impregna la habitación. Me levanto de la cama y, de un manotazo, le tiro la caja medio abierta de la que salen disparadas las cerillas y quedan dispersas por el suelo. Doscientas cuarenta y ocho. No sé cómo ni por qué, pero lo sé. Félix me mira con la infinita paciencia de quien no comprende lo que ve y le importa un comino no hacerlo. Después se arrodilla y me ayuda a recogerlas.
28 noviembre 2012
22 noviembre 2012
Progreso
Publicado por
Jesus Esnaola
El abuelo acaricia los árboles que contrapuntean la acera.
Lo hace cada día, al salir de casa, camino del huerto. Y me cuenta que cuando
él era niño, los árboles paseaban por la calle como cualquiera de los
habitantes de Olvido, desfilaban felices por los caminos, se mezclaban con los
del pueblo y regresaban al bosque cuando les placía. Hasta que en la esquina,
donde el bar del Toribio, colocaron un semáforo.
20 noviembre 2012
La lotería
Publicado por
Jesus Esnaola
Anochece. Charlie se sienta en una esquina y escucha las notas del saxo tenor que serpentean entre los arcos de una pequeña plaza del casco viejo. Rendido el espíritu, sin trabajo, sin mujer, sin casa. Se sienta cerca de los jóvenes marginales y sin futuro que escuchan al músico callejero que ni blanco parece y que repasa día tras día los standars del repertorio jazzístico. Sublime como Young, desbocado como Coltrane, profundo como Hawkins. Lo que daría Charlie por la juventud de los chicos del barrio, por la energía de donde sacan las ganas de seguir, pese a todo.
Ninguno sospecha lo que ocurre cuando el músico interpreta sus improvisaciones, repletas de disonancias salvajes, consecuentes y plenas de sentido, esas notas punzantes que ponen en tela de juicio la relación entre armonía y melodía. Ninguno sospecha por qué, cada día, uno de ellos no volverá nunca más a la plaza del saxo. Solo Charlie lo sabe. Por eso regresa cada noche y espera.
19 noviembre 2012
Armisticio
Publicado por
Jesus Esnaola
La
Guerra de las Aves finalizó con el execrable y vil bombardeo de Olvido. Dos
escuadrones de aviones salieron de la base aérea de Ciudad y soltaron sobre
Olvido miles de toneladas de bombas que, como era de suponer, nunca llegaron a
su objetivo. Las bombas olvidaron su destino a mitad de camino, por no hablar
de que nadie en Olvido recuerda la Ley de la Gravedad. Tampoco corrieron mejor
suerte las fuerzas terrestres que atravesaron Olvido ante la estupefacción de
sus habitantes, atrincherados en sus casas pero ignorados como si fueran
invisibles. Así que el informe del teniente general Quincoces dejó bien claro
que Olvido había sido borrado del mapa y, con su exterminio, la guerra podía
darse por finalizada.
Años
más tarde, las pruebas de que Olvido seguía en su sitio, intacto, eran
irrefutables, pero desde Ciudad nunca se reconoció esto y las autoridades
siguieron comportándose como si fuera poco menos que un espejismo que engañaba
los sentidos de los más románticos.
07 noviembre 2012
Acróbatas
Publicado por
Jesus Esnaola
Etiquetas:
acróbatas,
Agustín Martínez,
L'Oncle Jack,
lectura,
microrrelato,
promoción
en
8:27
6
comentarios


01 noviembre 2012
Vendaval de microrrelatos terroríficos
Publicado por
Jesus Esnaola
Me hago eco de una iniciativa para convertir el día de Todos los Santos en el Día de los Microrrelatos Terroríficos. Tienes todo el día de hoy para dejar tu micro en los comentarios del blog Vendaval de microrrelatos terroríficos.
Hasta cien palabras.
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