A lo largo de los últimos
doce meses se han publicado tres antologías de microrrelato que casi
parecen haber sido concebidas por una misma persona con el ánimo de
dar una cobertura lo más completa posible al panorama actual del
género, sin olvidar la historia de la que todos procedemos.
Abrió fuego Irene
Andrés-Suárez con “Antología del microrrelato español
(1906-2011). El cuarto género literario” en Cátedra. Es la más
académica de las tres, no en vano viene precedida de un estudio
previo de cien páginas en el que Andrés-Suárez explica la razón
del subtítulo del libro y lo sitúa históricamente. En sus páginas,
una selección cuidada de autores y de piezas que no tiene
desperdicio.
En septiembre del pasado
año se publicó “Mar de pirañas”, edición de Fernando Valls en
Menoscuarto. En ella el profesor Valls hace un generoso esfuerzo por
atender lo que es una realidad difícil de ignorar: el microrrelato
ha encontrado en internet, en el formato blog y redes sociales, una
plataforma de difusión que lo ha popularizado de una forma
impensable hace unos pocos años. En la antología conviven
escritores consagrados de microrrelato, escritores que lo han
practicado en pocas ocasiones pero con excelentes resultados y nuevos
escritores (permitidme que diga nuevos y no jóvenes, necesariamente)
que comienzan a despuntar gracias a sus propios espacios virtuales y
al apoyo de otros espacios como “La nave de los locos” del
propio Fernando Valls, que dio en su momento visibilidad a muchos de
los autores presentes en el volumen.
Y ahora, hace sólo unos
días, le toca el turno a “De antología. La logia del
microrrelato” selección de Rosana Alonso y Manu Espada y editado
por Talentura. Tras la ironía del subtítulo tenemos un volumen
valiente y cuya calidad va a sorprender a más de uno. Si bien es
cierto que la popularidad del género lo ha democratizado hasta tal
punto que en ocasiones se ha incurrido en una terrible banalización
del microrrelato, no lo es menos que cualquiera que profundice un
poco en la red y no se deje desanimar por posibles malas experiencias
iniciales (es lo que tiene disparar a bulto), encontrará un buen
puñado de autores y de piezas que, como reza el título, son de
antología. Además, “De antología” ofrece un panorama de lo que
se escribe en la red hoy en día que no sería accesible de ninguna
forma, salvo que uno realice una ímproba labor de prospección. Y
todo ello lo hace con piezas inéditas. Es una antología y es una
guía de lectura que allanará el camino de los blogs a cualquiera
que esté interesado en el microrrelato.
Qué duda cabe, el
microrrelato vive su mejor momento histórico en cuanto a creación
de textos y atención editorial. Si a estas tres antologías unimos
los libros de un sólo autor que se han publicado en los últimos
quince o veinte meses (Manu Espada, Rosana Alonso, David Vivancos,
las Microlocas, Agustín Martínez, Javier de Navascués, Lourdes
Órtiz, Susana Camps, Ricardo Álamo, Gemma Pellicer, Araceli
Esteves... amén de escritores de más amplia trayectoria como Flavia
Company, Manuel Moyano) no queda más remedio que rendirse a la evidencia. Sé que hacer una enumeración
como ésta entraña el riesgo de cometer olvidos (olvidados, os ruego que me disculpéis), pero en esta ocasión, que haya muchos más libros
editados en los últimos meses de los que he alcanzado a recordar
sólo aumenta la sensación de que los lectores y los escritores de
microrrelato estamos de enhorabuena.
Cuando viajo suelo documentarme sobre el destino, distribuir el tiempo en lo más representativo, en lo imprescindible. Con tu entrada de hoy, Jesús, muestras tres guías turísticas para viajar al país del microrrelato. Buen resumen.
ResponderEliminarLa literatura es un viaje, o muchos; y un mapa nunca está de más, una guía, aunque después siempre sea aconsejable ese tiempo libre (tan importante) en que se deambula apaciblemente y se deja uno sorprender.
ResponderEliminarBuenos viajes
¡El doctor ha vuelto! Celebro que abras de nuevo la persiana. Y para ofrecernos una panorámica del microrrelato, además. Excelente. Me gusta mucho tu enfoque y te agradezco la mención, claro. Vivimos un momento de euforia en medio de tanta crisis; hay que celebrarlo.
ResponderEliminarAbrazos
Pues nada, don Jesús, tras leerte quedo perfectamente documentado e ilustrado sobre el maravilloso e ignoto mundo del micro... del relato breve que hoy se cuece. Cocemos.
ResponderEliminarAbrazos.
Me alegro de tu vuelta, Jesús, y te felicito por esta síntesis "antológica". Abrazos.
ResponderEliminarMuchas veces me han dado ganas de hacer un mini ensayo sobre el micro relato. Luego, sinceramente, he desistido.
ResponderEliminarYo no escribo micros, aunque de vez en cuando escriba un texto breve. Quizá eso me sitúe bastante "fuera" de modas, y quizá -no lo sé- me deje ver con una cierta mirada externa el asunto.
Aunque estoy en medio de dos antologías que imagino que saldrán a su tiempo ( en ambos casos por amistad), ni me gustan ni creo que antologar sea el mejor modo de conocer una realidad escritural. Hablo en general; no he leído las antologías que mencionas, pero me pasa lo mismo con las "antologías poéticas de...[ lo que sea] y similares.
Las antologías-en mi criterio subjetivo- sirven en todo caso para acotar quien pertenece según los antólogos a un círculo determinado. Quiero decir, que más no es mejor.
No dudo ni del trabajo-en este caso porque los conozco y sé de su esfuerzo- de la antología de Talentura, ni de las otras que citas; de lo que dudo es de que cualquier tipo de Antología sirva salvo para dar -no se me mal entienda- una patina de "estos son los elegidos", a quienes allí aparecen.
Hace años- demasiados- participé en bastantes cosas de este estilo; y el rechazo me viene ya de largo. Y conste que yo era de las que "siempre estaba".
Sobre el micro relato, sería largo para mí explicar porqué entiendo que es más bien una moda- una moda que viene bien a las editoriales- que un género en sí mismo.
Vaya tocho acabo de soltar.
Estoy de acuerdo, Alena, en que toda antología está sujeta a unos criterios de selección que, por mucho empeño que se ponga en lo contrario, acaban siendo subjetivos. Aún así, y sobre todo en el caso de DeAntología, creo que la aportación de estas tres antologías es más que interesante sobre todo en lo que tienen de orientativo para quien esté interesado en este tipo de ficción. Moda? No sé, lo que es evidente es que su popularidad se ha producido gracias a una serie de circunstancias, tecnológicas sobre todo, que la han favorecido; está en nuestras manos que no sea algo pasajero. Lo que no veo es en qué le va bien el microrrelato a las editoriales.
EliminarYo no veo la moda por ningún lado. ¿Cuánto puede vender un libro de microrrelatos? Pues como cualquier otro libro de cuentos. O matizo: no veo el beneficio para las editoriales, que mucho mejor les iría publicando novelas-rio. Por eso, larga vida a Menoscuarto y Talentura.
EliminarY, por extensión, tus lectores también estamos de enhorabuena.
ResponderEliminarUn abrazo,
D.
Si escribieron microrrelatos Rubén Darío, Juan Ramón Jiménez, Julio Torri, Vicente Huidobro o Ramón Gómez de la Serna, la moda viene de muy lejos... En fin. Gracias, Jesús, por la parte que me toca.
ResponderEliminarAl ser una moda, se aprovecha el tirón de la moda. Y me parece muy lícito y respetable, conste.
ResponderEliminarGómez de la Serna escribió greguerías. Por cierto, magníficas. Y evidentemente es un antecedente del micro relato. Quizá los diferencie el que una greguería juega habitualmente con el elemento metafórico del lenguaje para crear un sentido diferente de lo que parece. Es decir, para crear una realidad distinta a través del juego lingüístico y el micro no se ocupa tanto de eso como de crear un texto abierto en las mínimas palabras, que permita una interpretación abierta del sentido.
ResponderEliminarJulio Torri fue tantas cosas que me parece bastante poco catalogable. En cuanto a Darío, Huidobro y JRJ no creo que fuera precisamente en la prosa donde haya que inscribirles.
Sí creo que las referencias del micro-relato son antiguas. Quien citaste, Gómez de la Serna, es un caso iniciático en este sentido. Por supuesto ciertos relatos breves de Benedetti, Monterroso, naturalmente, esto entre los "reconocidos", pero entre quienes no lo son, citaría a José Santiago, un escritor sudamericano que es un especialista del "género" al menos desde el año 2000.
Ante todo, Jesús, encantado de verte de nuevo por la red, un fuerte abrazo, se te echaba de menos.
EliminarCon respecto a lo que apunta Alena en sus comentarios, unas precisiones:
Gómez de la Serna no solo escribió greguerías dentro del género breve, sino maravillosos microrrelatos canónicos como los incluidos en obras inclasificables como "Caprichos", partes aleatorias de "El Rastro" o "El circo". De hecho, construye toda su obra, hasta la novelística, mediante un sentido de la fragmentación muy cercano a los andamiajes técnicos del microrrelato.
En la editorial Menoscuarto puede usted también recorrer el espacio prosístico (no menor en su producción, desde luego) de Juan Ramón Jiménez, en la compilación "Cuentos largos y otras prosas narrativas breves".
Otro poeta genial se aventuró también en el género, y la misma Menoscuarto, en "Pez, astro y gafas", dio buena cuenta de una prolija selección, con algunos textos que no se habían reeditado desde la extinta revista de entreguerras "Gallo".
Con respecto a lo que apunta sobre que el microrrelato no se ocupa de la recreación de la realidad a través del lenguaje, debe revisar la obra de gente como Shua, Brasca, Fernández Molina o Ferrer Lerín, por citar unos pocos, que juegan en el engañoso alambre que separa la palabra de las realidades que nombra. También en este sentido, poetas contemporáneos (caso de Carlos Edmundo de Ory en "Los aerolitos") disuelven esa frontera que usted parece apuntar como insalvable entre el poema, el aforismo y el texto narrativo. ¿No se acercan más a la prosa poética "Azul" de Darío o el "Altazor" de Huidobro que a esa concepción acartonada de lo poético como un texto necesariamente ripioso?
Gente "á la mode", sí: Mrozek, Orkény, Tavares, Monterroso, Ramos Sucre...
Cada género y cada disciplina artística, Alena, requiere, como poco, el esfuerzo de estudiarlo con rigor, criterio y dedicación. Si no, corremos el riesgo de convertirnos en antólogos de nuestra propia incompetencia.
Desde luego, Miguel Ángel. Me has ahorrado pelearme con el teclado de mi móvil que tiene pantalla recio amoled.
EliminarJa, ja, Jesús. Sí, es lo que tiene la tecnología, que nunca llega a ser tan punta como nuestras necesidades recién creadas necesitan.
EliminarUn abrazo fuerte.
Yo diferenciaría entre antologías que reflejan una época o recogen a los autores de una generación o de un fenómeno, como es nuestro caso, o al menos nuestra intención con el mundo blog, y otra cosa son esas que salen cada año sobre relojes, bañeras, patos, miedos, o antologías sobre brujas o cualquier otra cuestión, libros que no tienen un criterio más allá de una temática de encargo. Lo que no creo es que las editoriales estén aprovechando el tirón del género, como dices, al contrario, las pocas que lo hacen no creo que ganen mucho, quizá hasta pierdan, es minoritario, aunque nos parezca que no desde dentro. Un abrazo.
ResponderEliminarCompletamente de acuerdo, Manu.
EliminarAunque no creo que las antologías sirvan para mucho más que el beneficio (pecuniario) de quienes las editan y el orgullo de quienes las conforman, sí entiendo que existan y sí creo que reflejan una realidad de lo que se mueve en la red. El micro es el formato estrella de la brevedad, y es esa brevedad la que le abre la puerta de la red, de las lecturas entre estación y estación, y supongo que a poco tardar serán los smartphones los que capitalicen este fenómeno.
ResponderEliminarSobre calidad ya hablaremos en otro momento, porque creo que todos, lo digamos o no, estamos de acuerdo en que es absolutamente imposible, y estadísticamente del todo improbable que ciento treinta y ocho microrrelatos inéditos sean obras maestras; ni siquiera el diez por ciento, y en eso dudo que haya discrepancias.
Buena salud al micro y suerte a los que de ellos hagan caja, que no están los tiempos para rechazar ni medio euro. Ojalá algún día los autores también ganen algo con su trabajo.
Jesús Fabregat
Joder, Jesús, me has emocionado.
EliminarSólo por verte aquí ya me he llevado una alegría, sobre todo teniendo en cuenta que nuestro último intercambio de opiniones fue más bien tenso y acabaste eliminándome del Facebook (¿existe peor castigo en la era digital?).
Pero es que además, veo que una de tus principales preocupaciones es que el editor se queda con todo y no nos remunera nuestro trabajo. Y aquí me has emocionado. Habrá quien piense que qué te importa a ti si nos pagan o nos dejan de pagar, pero a mí no me engañas, yo sé que te importa y ¿sabes por qué? Porque tienes un corazón tan grande que no te cabe en el pecho, eres de esas personas que no puede permanecer impasible ante lo que cree que es una injusticia.
Así que mi agradecimiento por tu visita a mi casa y por tu defensa de mis (nuestros) derechos.
Abrazos
La de los derechos de los autores es una lucha que mantengo abierta hace años, Jesús, y de la que ya he hablado en otras ocasiones, incluso con algunos de los que aparecen en este libro y que opinan (en privado, eso sí) lo mismo que yo al respecto. Lo que de verdad es sorprendente no es que yo lo mencione, que como bien dices no tengo arte ni parte en este asunto; lo increíble es que a ninguno de los afectados os haya dado por poner el grito en el cielo. Supongo que en este caso es aplicable aquello de la sarna y el gusto, pero lo cierto es que no lo entiendo, y como tampoco sé callarme las cosas, pues me meto en los jardines y pego gritos, aunque no sirvan para nada.
EliminarEl resto es historia.
Un abrazo,
Jesús
Tengo entendido que caja poca, como mucho cubrir gastos, Jesús. No creo que sea algo que se haga por dinero, de verdad lo creo así, pero quién sabe, lo mismo hemos editado un best seller, el primer best seller de microrrelatos de la Historia, que eso sí sería hacer Historia, ojalá. Aunque tengo entendido que Cátedra ya va a imprimir la segunda edición, quién sabe.
ResponderEliminarMe alegraría un montón que se vendiera bien, Manu, y si además los propietarios legítimos de todo esto percibieran algo (por poco que sea) por su trabajo, ya ni te cuento. De verdad.
ResponderEliminarSuerte.
Jesús fabregat
Vi que volvía a salir agua y me acerqué a beber.
ResponderEliminarGracias.
El acartonamiento siempre es malo. Creo que es en lo único-casi- en lo que estamos de acuerdo, Miguel. A. Zapata.
ResponderEliminarYo no estoy diciendo que los géneros sean insalvables, para empezar. Estoy diciendo que el microrelato me parece un género derivado de la greguería. Y que tiene antecedentes que hoy-creo- se olvidan. Y que según mi criterio, naturalmente personal, Ruben Darío, JRJ, que usted citaba como ejemplos de micro relatistas, a mí no me parece que lo sean al menos específicamente.
Sobre los estudios que hay que hacer para hablar de un género u otro, estoy de acuerdo, sólo que lo elevo a lo general; a veces encontramos muchísima opinión que desconoce antecedentes. Por eso hablé de los que a mí me parecen que en este caso lo son.
Gracias, Miguel Ángel, por poner sensatez en el disparate y en el desconocimiento empecinado, en el sostenella y no enmendalla, tan propio de estos tiempos electrónicos de maestros ciruela. Un abrazo.
ResponderEliminarGracias, Fernando. Esto es lo que hay, amigo, la red es hoy a la vez maravilla y despropósito. Pero creo que estamos obligados, al menos, a no dejar pasar ciertas opiniones sin elevar educada y mesuradamente la voz.
EliminarUn abrazo fuerte.
Quiero puntualizar a Jesus que entre los olvidados se ha dejado "los años de lluvia" de un tal Jesus Esnaola. Un libro excelente, sobre todo por el contenido.
ResponderEliminarRespecto al tema más profundo me gustaría dar mi humilde opinión. Muy humilde, teniendo en cuenta el peso específico de las personas que están debatiendo esta entrada, pero importante, creo, porque formo parte de ese colectivo de recién llegados al microrrelato (que no a la escritura) del que se habla, muchas veces con un respeto discutible.
Sobre el tema de las modas...
En primer lugar: si esto del microrrelato es una moda... bendita sea.
A un cuenta-cuentos -en el mejor, aunque humilde, sentido de la palabra- como yo, que se gana la vida en trabajos que nada tienen que ver con la literatura, el microrrelato le ha permitido sacar a la luz historias e ideas que difícilmente hubiera podido realizar en otro ámbito. Por desgracia no puedo permitirme escribir seis horas al día, si las tuviera, ahora mismo seguiría escribiendo breve, pero dentro de unos meses... no se...
No hace falta discutir. Es evidente que todo lo que escribes no tiene la misma calidad, pero... ¿No es así siempre? Una cosa es saber escribir correctamente, incluso de forma magistral como lo hacen los autores que habéis citado, otra es tocar con la varita mágica un texto para que se convierta en una obra maestra -no olvidemos que son los demás los que hacen que un texto llegue a ser clasificado así-. En este caso, hasta los autores más reconocidos son recordados por una o algunas de sus obras, los mejores poetas de la historia de la literatura, tienen a lo sumo diez poemas excepcionales, el resto son excelentes, muy buenos, buenos, y si... alguno menos bueno también. Solo hay que darse una vuelta por las librerías para constatar que la calidad de lo que se publica en los otros ámbitos literarios también es muy variable.
Resumiendo. Los microrrelatos están en expansión gracias a las nuevas tecnologías, porque el formato blog es ideal para este tipo de textos, tanto para publicar como para leer. No debería preocupar tanto si la calidad de los textos es excepcional, alta o pésima. Por suerte, se trata de un ejercicio individual que se practica en libertad (algo muy importante para mí hoy en día). Si entras en un blog y lo que se publica no te gusta, no lo leas.
Aclaro que soy uno de los autores que aparece en "deantologia" y agradezco profundamente que Manu y Rosana decidieran incluir mis textos. No sé qué repercusión tendrá el libro, pero sé la que tendría no haberlo publicado: cero. Además, prácticamente estoy en las últimas páginas de la antología y creo que en muchas ocasiones los relatos que los autores han presentado superan con mucho la media alta de los relatos que tienen colgados de su blog.
Así que mi agradecimiento a las personas que inician estas aventuras con destino incierto, a Cátedra por abrir fuego, a Fernando Valls por pescar en ríos revueltos esas pirañas y a Talentura por publicar un libro tan magnífico.
Un saludo.
No puedo estar más de acuerdo con Jesus cuando dice que estas tres antologías se complementan, abordando cada una la selección de autores con criterios diferentes. Otra cosa es cuánto se fíe el futuro lector cuando quiera ir a comprar libros que le ofrezcan una visión amplia del microrrelato.
ResponderEliminarLas discusiones acerca del género me gustan, y no dudo en aceptar que Juan Ramón Jiménez y Gómez de la Serna escribieron microrrelatos, igual que Almudena Grandes escribió microrrelato (uno); porque parto de una base en la que acepto que lo hicieron además de escribir otras cosas. Creo que nadie ha dicho que ninguno de ellos fuera referente en la escritura de microrrelato y de nada más.
Respecto a que sea, o no, un género nuevo, creo que sí, y además me viene bien. Convendría aclarar para el nuevo adepto (no siempre, porque nos alargaremos) que es nuevo porque ahora se clasifica como nuevo, aunque siempre haya estado ahí. Todos los días se descubren nuevas especies, o se crean nuevas clasificaciones de bichos que llevan ahí miles de años y no están recién fabricados.
Por otro lado, me niego a pensar que es una moda. Sabemos que viene de lejos, y sabemos que se sigue haciendo. Por lo tanto no veo la cualidad de perecedero que lo encasillaría como moda. Ni siquiera su expansión brutal es una moda. Probablemente vaya a más, y cuando las redes se estabilicen y no quepa más gente, se estancará, pero no irá a menos.
Hemos podido perdernos cien años de microrrelatistas que no tenían internet y que no han sido leídos masivamente. Tampoco eran tantos como ahora, porque el acceso a la lectura no era tan abierto como ahora, y el contagio sería proporcional.
-Ahora es más fácil leer microrrelatos, porque el acceso a la red es universal.
-Ahora es más fácil extender “mis” microrrelatos, por lo mismo.
-Cualquiera puede escribir un buen microrrelato (uno).
Estos tres factores hacen que desde hace un tiempo la creación y la expansión de microrrelatos sea exponencial. Eso es malo para el investigador, malo para el lector y malo para el escritor; porque hay que quitar mucha tierra para encontrar cosas valiosas, entretenidas, o textos de referencia.
De momento, el baremo de la mayoría de lo que leamos seguirá estando en manos de críticos y editores, así que confiemos en que ellos mantengan el criterio (que más se aproxime al nuestro) y se coman el marrón de seleccionar y ofrecernos lo que valga la pena.
Abrazo
Gabriel
Un aporte muy interesante, Jesús. Gracias por compartirlo.
ResponderEliminarSolo un detallito: la antología de Irene Andrés-Suárez la publica Cátedra, no Espasa :).
Tienes razón, Inés, en qué estaría yo pensando? Menos mal que tenía el libro delante.
EliminarGracias!
Hola, voy a ser breve.
ResponderEliminarNi Manu ni yo hemos cobrado un duro. Ha sido por amor al arte literalmente. La única antología sería en la que he participado me regaló un ejemplar y puntos.
Sobre temas económicos nada sé. En las antologías timo, no sólo no te regalan ni un ejemplar, tienes además que pagar y a veces llevarte unos cuantos, comprometerte a llevártelos.
La calidad de los 138 micros es medial, alta y excepcional en algunos casos. Por supuesto que los 138 no son excepcionales. Nadie lo ha dicho.
liter
Un pequeño apunte, lo de calidad media, alta y excepcional no lo puedo decir,sin embargo, de autores con libros varios ya publicados, practican a conciencia el «cría fama y échate a dormir» y como resultado tenemos libros con textos medios y mediocres con los que una se siente estafada. Nadie ha dicho que esta sea « la antología» es una antología.
ResponderEliminar¡¡¡¡El superdoctor ha vuelto!!! ¡¡¡Larga vida al superdoctor!!!
ResponderEliminarBuenísimo y muy equilibrado repaso antológico y microrrelatista.
Un placer leerte, compañero.
Abrazos con nudo para que no escapes.
Cuando se cobra algo por hacer una antología es tan poco que a penas da para café. Decir que con las antologías se enriquecen los editores, es desconocer completamente lo que es el mercado editorial español e hispanoamericano. Estos son empeños que tienen que ver con el amor al arte, con el gusto por llevar a cabo lo mejor posible un trabajo sobre un tema que nos interesa. En un mundo tan mercantilizado como el que nos ha tocado vivir resulta difícil de creer y entender, pero es así. Saludos.
ResponderEliminarRatifico las palabras de Rosana. Ni ella ni yo hemos cobrado ni un euro, es más, nos ofrecimos a la editorial a echar una mano llegado el caso porque nos ilusionaba mucho el proyecto. De hecho, jamás hemos mencionado el beneficio económico en todo el proceso de gestación del libro.
ResponderEliminarYo personalmente estoy agradecida a la labor de Rosana y Manu. Y si no creyera en la honestidad de ambos y en la seriedad de Talentura, pueden estar seguros de que no habría colaborado en esta antología que, como ya he dicho en otro lugar, me está dejando agradablemente sorprendida por la calidad (subjetiva apreciación, por supuesto, no soy experta en nada), que he visto en lo que llevo leído del libro.
ResponderEliminar¡Y allá cada uno con sus demonios!
Más abrazos.
Llevo tantos meses sin acercarme a los blogs que estoy disfrutando igual que la primera vez. Gracias por acercarnos tu entrada y tus comentarios. Un abrazo.
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