Rasgo el sobre que me acaban de traer por mensajería. Son las fotos de mi último safari fotográfico. Justo a tiempo. Mi agente comenzaba a ponerse nervioso.
Doy al servicio unas breves instrucciones y les hago saber que no quiero ser molestado. Abro la puerta del sótano y la vuelvo a cerrar tras de mí, con llave. Desciendo los escalones. Hace mucho calor aquí abajo.
Revuelvo en el cajón del armario del fondo y cojo una tiza blanca. Dibujo en el suelo un pentáculo y unos símbolos, de memoria. Después coloco las fotografías en el centro y recito una letanía que he olvidado cómo aprendí.
Doy al servicio unas breves instrucciones y les hago saber que no quiero ser molestado. Abro la puerta del sótano y la vuelvo a cerrar tras de mí, con llave. Desciendo los escalones. Hace mucho calor aquí abajo.
Revuelvo en el cajón del armario del fondo y cojo una tiza blanca. Dibujo en el suelo un pentáculo y unos símbolos, de memoria. Después coloco las fotografías en el centro y recito una letanía que he olvidado cómo aprendí.
Tanta indefinición me abre un safari que ni te cuento, Jesus. Oye, que al final te voy a cobrar por terminarte (en mi imaginación) todos tus relatos...
ResponderEliminarAbrazos.
Jajaja, gracias por pelearte con mis micros, Víctor. Pero esta vez no pretendí ser indefinido. Claro que es fácil que no haya acertado, a veces uno empieza con las elipsis, se emociona y le queda lo que le queda.
ResponderEliminarAbrazos
Me parece estar asomándome a una novela de Hemingway. Sí, una novela porque desde lo alto de esta piedrecita se puede ver muy lejos.
ResponderEliminarMás abrazos,
PABLO GONZ
Tiene un algo hipnótico y atrayente, tal como sucede en el micro anterior, no menos terrorífico que este, pero debo confesarte que no sé qué es. A mí me ha despistado ese agente. ¿Por qué un agente?...
ResponderEliminarUn abrazo
Y ahora ¿qué? Va a ofrecer un sacrificio con las fotos o va a pedir algo diabólico ¡Jo! se me ocurren unas cuantas posibilidades.
ResponderEliminarCoincido con Gemma en el carácter hipnótico de esta pieza. También, me tiene despistado el agente. Imaginé una especie de purgatorio vanguardista hilando deuda, letanía, sótano... Seguiré dándole vueltas.
ResponderEliminarAbrazos.
Voy por la cuarta o quinta relectura y sigo perdido. Coincido con Agus en que parece haber una relación entre el viaje, la deuda y el rito; pero también me despista el agente.
ResponderEliminarY probablemente sea hipnótico por el ritmo: escondidas cuatro frases en cada párrafo, porque en el último son tres, pero suenan a cuatro. Y ese puñetero presente tan esnaoliano, unido a la bajada al sótano como de Aleph...
Mucho miedo, Jesus, gracias.
Saludos
Gabriel
Este verano, a Málaga. Ya no me arriesgo.
ResponderEliminarCalor ahí abajo, a lo mejor el agente tenía rabo, era rojo y fue ángel en sus mejores tiempos. Sea lo que sea me intrigó.
ResponderEliminarGracias por el disfrute,
Ana
A lo mejor, Ana, a lo mejor.
ResponderEliminarPuff Je, lo he leído unas cuantas veces y no lo pillo. Como dicen, me despista el agente, yo creo que es el demonio, y que está haciendo un ritual satánico. Lo mejor de todo es que me ha encantado, me engancha y disfruto intentado adivinar lo que hace en el sótano. Muxuk
ResponderEliminar