04 julio 2011

La deuda

Rasgo el sobre que me acaban de traer por mensajería. Son las fotos de mi último safari fotográfico. Justo a tiempo. Mi agente comenzaba a ponerse nervioso.
Doy al servicio unas breves instrucciones y les hago saber que no quiero ser molestado.  Abro la puerta del sótano y la vuelvo a cerrar tras de mí, con llave. Desciendo los escalones. Hace mucho calor aquí abajo.
Revuelvo en el cajón del armario del fondo y cojo una tiza blanca. Dibujo en el suelo un pentáculo y unos símbolos, de memoria. Después coloco las fotografías en el centro y recito una letanía que he olvidado cómo aprendí.

11 comentarios:

  1. Tanta indefinición me abre un safari que ni te cuento, Jesus. Oye, que al final te voy a cobrar por terminarte (en mi imaginación) todos tus relatos...

    Abrazos.

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  2. Jajaja, gracias por pelearte con mis micros, Víctor. Pero esta vez no pretendí ser indefinido. Claro que es fácil que no haya acertado, a veces uno empieza con las elipsis, se emociona y le queda lo que le queda.

    Abrazos

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  3. Me parece estar asomándome a una novela de Hemingway. Sí, una novela porque desde lo alto de esta piedrecita se puede ver muy lejos.
    Más abrazos,
    PABLO GONZ

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  4. Tiene un algo hipnótico y atrayente, tal como sucede en el micro anterior, no menos terrorífico que este, pero debo confesarte que no sé qué es. A mí me ha despistado ese agente. ¿Por qué un agente?...
    Un abrazo

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  5. Y ahora ¿qué? Va a ofrecer un sacrificio con las fotos o va a pedir algo diabólico ¡Jo! se me ocurren unas cuantas posibilidades.

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  6. Coincido con Gemma en el carácter hipnótico de esta pieza. También, me tiene despistado el agente. Imaginé una especie de purgatorio vanguardista hilando deuda, letanía, sótano... Seguiré dándole vueltas.

    Abrazos.

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  7. Voy por la cuarta o quinta relectura y sigo perdido. Coincido con Agus en que parece haber una relación entre el viaje, la deuda y el rito; pero también me despista el agente.
    Y probablemente sea hipnótico por el ritmo: escondidas cuatro frases en cada párrafo, porque en el último son tres, pero suenan a cuatro. Y ese puñetero presente tan esnaoliano, unido a la bajada al sótano como de Aleph...
    Mucho miedo, Jesus, gracias.
    Saludos
    Gabriel

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  8. Este verano, a Málaga. Ya no me arriesgo.

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  9. Calor ahí abajo, a lo mejor el agente tenía rabo, era rojo y fue ángel en sus mejores tiempos. Sea lo que sea me intrigó.
    Gracias por el disfrute,
    Ana

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  10. Puff Je, lo he leído unas cuantas veces y no lo pillo. Como dicen, me despista el agente, yo creo que es el demonio, y que está haciendo un ritual satánico. Lo mejor de todo es que me ha encantado, me engancha y disfruto intentado adivinar lo que hace en el sótano. Muxuk

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Este blog forma parte de la ABLACC (Asociación de Blogs Literarios que Aceptan Crítica Constructiva). Así que despáchate a gusto, pero explícame tus razones.

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