Adóptese la posición de paseo, no pretendo restar importancia al saludo estático, que recibirá atención en su momento dadas sus características particulares y, sobre todo, la especial disposición de ánimo que requiere.
La posición de paseo se obtiene de la conjunción de dos gestos. En primer lugar, crúcense ambas manos por detrás de la espalda agarrando con la derecha todos los dedos de la izquierda y dejando libre al pulgar para poder moverlo al gusto. La elección de mano agarrada y agarradora podrá variar en función de la tendencia de cada uno hacia lo siniestro. De ser manco, póngase toda la atención en la mano presente ignorando por completo la ausente, por más que aún le pique. En segundo lugar, mírese hacia el suelo como si la resolución de la conjetura de Poincaré dependiera de su inteligencia. La concentración obtenida le ayudará a fruncir levemente el ceño, muestra de carácter que no de enfado o mal humor. También favorece una ligera cargazón de hombros. Manténgase el equilibrio y comiéncese a andar.
Durante el desplazamiento, alce la vista cada minuto para determinar su posición espacial y detectar a posibles conocidos y sus respectivas trayectorias. No tema que se le pueda escapar alguno porque el donostiarra de nacimiento posee un sexto sentido para localizar cualquier presencia amiga en cinco metros a su alrededor, por mucho que su mirada permanezca fija en el suelo. Los nacidos fuera de Donosti pueden tardar varios años en adquirir esta habilidad y, en casos extremos, incluso no lograrlo nunca.
Llegado el momento de cruzarse con un conocido, amigo o familiar, levante la mirada del suelo, enarque muy levemente las cejas y aproveche ese mismo impulso para dar un ligero cabezazo hacia arriba y en dirección al saludado, acompañándolo de un “¡epa!” golpeado, seco, ligeramente sincopado con el ritmo del paso, que será respondido, a su vez, por una suerte de eco ignorado.
Tras el saludo, recupérese la posición inicial, sin perder el equilibrio ni el paso, y coméntese con el acompañante, de tenerlo, la vieja amistad y profundo cariño que se siente por la persona saludada. Si el paseo se realiza en solitario, regrésese sin pérdida de tiempo a la reflexión sobre la conjetura de Poincaré.
Cómo resistirme a este homenaje espontáneo a mi adorado Cortázar. Que don Julio me perdone.
ResponderEliminarjajaja no te saludo que soy de fuera y todavía no he aprendido jajaja Me ha encantado ese "eh, golpeado, seco, acompasado" es casi como el Martini de James Bond jajaja
ResponderEliminarSaludillos inexpertos
Mover la cabeza y soltar un ¡eh!, al pasar, también se hace en mi pueblo. Debe de ser un saludo importado.
ResponderEliminar¡Qué divertido y lo mucho que he disfrutado leyéndolo!
Besos volados, al estilo Lola.
Genial, Jesus.
ResponderEliminarTengo que estudiar a fondo este fin de semana la famosa conjetura, pero por lo demás casi lo tengo. Quizás me falte un poco de tono en el "eh", cuestión de práctica. Yo veo unas "Instrucciones" posibles sobre la conjetura, a ver quién se anima y te coge el testigo.
Abrazos.
Pues muy parecido a la manera de saludar en algunos pueblos andaluces!!!!
ResponderEliminarFeliz Año, querido doctor.
Qué bueno Jesus, yo a pesar de no ser de Donosti, pero si de territorio limítrofe, debo decir que reconozco cada paso que has descrito a la perfección, si alguien conoce el carácter vasco lo identificará nada más leerlo. Solo te ha faltado la referencia del fin del paseo al inicio del txikiteo. Un beso.
ResponderEliminarPues yo creo que soy de los que nunca conseguiré desarrollar la habilidad de localizar cualquier presencia amiga en cinco metros a su alrededor. Vengo de la Wikipedia de buscar la conjetura, pero creo que necesito la explicación de un donostiarra, o por lo menos empezar a pasear en posición de saludo en Donosti.
ResponderEliminarMuy bueno, un abrazo.
Bueno, en realidad la conjetura no es tal desde hace dos o tres años, pasó a ser teorema ya que un par de chinos consiguieron demostrarla. La historia completa es interesante porque realmente, quien la demostró fue un matemático ruso, Grigori Perelman, pero no publicó nunca los resultados porque además de un genio era más raro que una calentura.
ResponderEliminarQué bueno Jesús, jeje, he visto reflejados a la mayoría de mis vecinos.
ResponderEliminarEn Bilbao en lugar de "epa" decimos "aupa", ya sabes, por llevar la contraria.
Besos
Rocío
Pues voy a ir practicando el saludo, Jesus, porque de miércoles a sábado de la próxima semana me subo al vasco. A celebrar al tamborrada. ¿Nos vemos allí?
ResponderEliminarUn abrazo y otro de parte de Cortázar.
jajjajaa me gustan estas instrucciones, un poco de humor viene bien ¿no?
ResponderEliminarPor cierto, se podrían juntar las de Agus, las de Lola, las tuyas y las de otros que se animen, a modo de homenaje a Cortázar.
Un saludo indio
Jaja, Jesus. Vengo de visitar al Cangrejo y me topo con tus instrucciones. Me ha encantado, sobre todo, esa parte donde dices lo siguiente: "La elección de mano agarrada y agarradora podrá variar en función de la tendencia de cada uno hacia lo siniestro. De ser manco, póngase toda la atención en la mano presente ignorando por completo la ausente, por más que aún le pique."
ResponderEliminarEfectivamente, siempre existe la posibilidad de darle una vuelta más a la tuerca del absurdo, y tú lo haces muy bien.
Te copio el enlace con las instrucciones que una vez compuse y publiqué en el blog, por si te apetece echarles una ojeada:
http://megasoyyo.blogspot.com/2008/08/instrucciones-para-llegar-ser-alguien.html
Un beso fuerte
Jesus, genial,
ResponderEliminarMe ha encantado me has echo saltar carcajadas, raro en mi cuando leo. ¡Dios! Me he visto totalmente reflejado.
Muy bueno
Iñigo
Qué va, Víctor, ya quisiera. Hace ya casi diez años que me la pierdo. Da un par de redobles de mi parte.
ResponderEliminarMe alegro de que te haya gustado, Iñi. Esa era la idea, un poco más ligero que otros.
Lo he visto, lo he visto. Pero, Jesus,creo que me falta la chaqueta en una de las manos que van atrás. Lo único ;)
ResponderEliminarUn abrazo.
me encanta!
ResponderEliminarPerfecto.
ResponderEliminarMil abrazos,
PABLO GONZ
... ... ... ¡Epa!
ResponderEliminar(Desde que sacaron la camiseta ya casi no hace falta más que fruncir el ceño... jajaja)
A mi lo que más me ha costado es mantener el equilibrio durante las carcajadas que me ha provocado el relato. Aunque soy del centro y afincada en Canarias reconozco ese ¡epa! a distancia.
ResponderEliminarQuizá a los de la Internacional Microcuentista le interesen las Instrucciones cortazianas que hemos ido escribiendo por estos lares.
Abrazos
Ja, Ja... qué bueno Je, y en vísperas de la Tamborrada, tu sobrina ya está apaleando el tambor, está super bien descrito, con la costumre que tengo yo de decir epa, ahora me va a entrar la risa. Muxuk
ResponderEliminarMe he reído mucho, lo de "epa" es muy de Donosti. En cambio, en los pueblos de Castilla te suelen saludar con un gruñido que sale directamente el gaznate o un eeeeehhhhh, sin más.
ResponderEliminarJesus, me hace gracia el humor que tienes, al describir el "saludo en Donosti" Yo, hace años que vivo fuera, como tú bien sabes y aunque voy con frecuencia... no recuerdo tal expresión como "epa" Si los restante,detalle de levantar la ceja , para saludar...
ResponderEliminarMe he reido muy agusto.¡muy bueno!
Te sorprenderás que haya entrado en tu página.
Me comentó Eva, que tenias un BLOG, le pedí que me enseñara cómo podia entrar y ¡ya ves!aquí estoy. Te felicito. Un fuerte abrazo
Divertidísimo. Yo ignoraba hasta que conocí a Jesus, que los vascos tuvieran tanto sentido del humor (tampoco conozco a tantos). Un abrazo
ResponderEliminarAquí la variante es ¡quiai! una especie de ¿qué hay?, ¿qué tal estás? todo en una sílaba y con el ímpetu de un ¡epa! Y la contestación es también ¡quiai!. SE usa también el simple ¡eh!, pero eso es mucho más "urban version": http://www.youtube.com/watch?v=rAWAIP5cfYg
ResponderEliminarLa primera versión hablaba de "eh" en lugar de "epa". Fue un amigo de allí quien me indicó que el "epa" era más nuestro, con toda la razón por cierto. Ahora que lo dices "eh", posiblemente, es lo que indicas, una versión más urbana.
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