20 febrero 2009

Libera a Susi



Susi es la elefanta del zoo de Barcelona. La única que queda. Está sola, deprimida y arrastra todos los problemas físicos típicos de un paquidermo en la gran ciudad, sobre todo debidos a la superficie por la que ha de moverse y a la ausencia de ejercicio que debería hacer en condiciones normales, pensad que una elefanta de treinta y seis años como Susi, en la flor de la vida, necesita caminar unos veinte kilómetros diarios. No es que se pretenda liberar a Susi, en el sentido de devolverla a África, eso lo dejaremos para alguna película hecha para la TV de la factoría Disney o similar. Tan sólo se pretende darle una salida honrosa a los pocos años que puedan quedarle de vida. Lamentablemente la ausencia completa de santuarios para elefantes en Europa, en Estados Unidos hay dos magníficos, hace que la solución a qué hacer con Susi no sea sencilla. Ya sé que, o así lo espero vamos, aunque la pobre Susi se volviera loca no seríamos tan salvajes como lo fueron en el estado de Tenesse en mil novecientos dieciséis, cuando a un pobre elefante, que en un ataque de locura aplastó a su domador, lo ahorcaron con una grúa. Se me antoja que, casi un siglo más tarde, no es suficiente con que no seamos tan animales como lo fueron aquellos. Ojala Susi tenga la jubilación que se merece.

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