06 junio 2013

Sangre de su sangre

Ordenaron colocarle una venda en los ojos y lo sentaron a la mesa frente a tres jóvenes encapuchados y una copa llena delante de cada uno. El hombre olió el contenido de cada copa, dio un sorbo, masticó el líquido y escupió en un cubo que tenía a sus pies.
Dudó. Frunció el ceño mientras mordía disimuladamente el interior de su labio inferior para probar su propia sangre y volvió a sorber de la segunda copa antes de alzarla con certeza. El joven cuya esencia resultó ganadora fue retirado del salón para engrosar la bodega personal del príncipe mientras la Corte, en pleno frenesí, dejaba exangües, en unos minutos, a los otros dos desgraciados.

4 comentarios:

  1. Confieso que lo corregí tantas veces que no estoy seguro de si fue éste el que envié. En todo caso, si no lo fue, era muy parecido.

    ResponderEliminar
  2. Me alegra saber que no soy la única que corrige y corrige y al final envía a concurso la quimera.
    El sabor de la sangre es único.
    Saludos

    ResponderEliminar
  3. Muy bueno. Sólo me chirría "exanguinaba".
    Cada vez que leo el texto nyeeeec, me chirría.
    ¿Le faltará aceite?
    Besos

    ResponderEliminar
  4. Corregí cuánto se te antoje. Festejo tu retorno. Saludos cordiales.

    ResponderEliminar

Este blog forma parte de la ABLACC (Asociación de Blogs Literarios que Aceptan Crítica Constructiva). Así que despáchate a gusto, pero explícame tus razones.

Comparte